martes, 04 de noviembre de 2025
José García Brito - Prensa Mindeporte
El balonmano es un deporte que exige fuerza, velocidad, coordinación y, sobre todo, trabajo en equipo. Cada pase y cada lanzamiento combinan la estrategia del juego con la entrega de quien lo vive dentro de la cancha. En este escenario, donde el corazón late al ritmo del balón, el equipo del Valle del Cauca demostró que la disciplina y la garra también se llevan en la sangre.
La final prejuvenil femenina de balonmano de los Juegos Intercolegiados fue una batalla muy peleada, con emociones que subían y bajaban como las jugadas en el marcador. En un partido intenso, el Valle del Cauca venció 28-19 a Antioquia y se quedó con la gloria dorada. Desde las gradas, los gritos de aliento se mezclaban con la tensión de cada ataque. Ningún balón fue regalado: cada punto fue luchado con el alma.
Cuando el pito final sonó, la cancha se tiñó de lágrimas, abrazos y sonrisas. Las jugadoras del Valle celebraron una victoria trabajada desde el esfuerzo, frente a un rival fuerte que nunca bajó los brazos. En medio de la euforia, Sara Núñez, de Tuluá, fue una de las figuras más destacadas. Sus goles, su energía y su liderazgo fueron clave para llevar a su equipo a lo más alto del podio.
"Esta victoria no fue fácil", reconoció Sara con una sonrisa de emoción todavía fresca. "Sabíamos que jugábamos contra un equipo duro, pero teníamos la convicción de que hoy era nuestro día. Durante todo el partido solo pensaba en ver a mi equipo levantar esa medalla. Corrí, defendí y ataqué por ellas, por mi equipo", contó con orgullo.
Para esta joven de Tuluá, el oro tiene un significado profundo: es la recompensa a semanas de entrenamiento, sacrificio y sueños compartidos. "Ganar esta medalla me hace sentir fenomenal. Nuestro entrenador nos apoyó siempre y este resultado es fruto de todo ese esfuerzo. Estoy feliz de llevarla conmigo, porque representa lo que somos como equipo".
El futuro parece prometedor para Sara, quien sueña con vestir los colores de la selección Colombia. Su talento, junto con el de sus compañeras, demuestra que el balonmano del Valle tiene presente y también un gran porvenir.
En la rama masculina, Antioquia se quedó con la medalla de oro, seguido de Huila con la plata y Norte de Santander con el bronce, completando así una jornada dorada para este deporte que combina fuerza, estrategia y corazón.


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