domingo, 21 de septiembre de 2025
Un total de 21 jugadores de 14 departamentos participan en la final nacional de los juegos, que se llevan a cabo en Bucaramanga.
Jesús Miguel de la Hoz, Prensa Mindeporte
Bucaramanga, 21 de septiembre de 2025. En el velódromo de Bucaramanga el juego del trompo se roba las miradas de propios y extraños: su danza hipnotiza, despierta recuerdos y, al mismo tiempo, sorprende a quienes nunca lo habían visto girar. Entre lanzamientos precisos y risas compartidas, este tradicional juego se abre paso en los IV Juegos Comunales, donde comparte escenario con disciplinas deportivas modernas, demostrando que la tradición también tiene un lugar en la competencia.
Dentro de los 21 clasificados a la fase final de este evento, en el que solo avanzaron ocho mujeres, se destaca la presencia de Lucy Sapuyes, una mujer nacida en Gualmatán, que representa con orgullo al departamento de Nariño. Su historia refleja la fuerza de las tradiciones que se niegan a desaparecer: se viene preparando desde junio para afrontar los juegos, y en ese camino no solo fortaleció su destreza, también encendió la curiosidad de niños y jóvenes de su municipio.
"Muchos nunca habían visto un trompo bailar. Llegaban a la cancha a preguntar qué era y ahora ya tenemos pequeños que están aprendiendo. Lo más bonito es que entienden que con práctica y paciencia las cosas se logran", cuenta Lucy Sapuyes, con esa manera de hablar que se extiende en frases largas, como si quisiera que cada palabra alcanzara a abrazar a todos los que la escuchan.
El trompo, que para algunos es un recuerdo lejano de la infancia, para otros se ha convertido en un descubrimiento reciente. Y en ese cruce de generaciones radica su magia: mientras los adultos reviven juegos de antaño, los más jóvenes aprenden resiliencia, constancia y el valor de la disciplina.
En Gualmatán, además, el juego ha servido como punto de encuentro. Personas de distintas veredas se han reunido alrededor del deporte, dejando atrás diferencias para integrarse, reconocer sus fortalezas y representar juntos al departamento y dejar su nombre en alto. "Estos juegos nos han unido como comunidad", asegura.
Cada giro del trompo en Bucaramanga es mucho más que una competencia: es un homenaje a la memoria cultural, un acto de resistencia frente al olvido y un recordatorio de que la diversión también fortalece cuerpos, une corazones y construye identidad.
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