domingo, 21 de septiembre de 2025
Los Juegos Intercolegiados 2025 alcanzaron una convocatoria histórica con la participación de 588 mil estudiantes de todo el país, consolidándose como el evento escolar más grande y representativo del deporte nacional.
José García Brito - Prensa Mindeporte
Melgar, Tolima, se convirtió en escenario de emociones y talento juvenil con la fase regional centro-sur de los Juegos Intercolegiados 2025. En medio de las competencias que en estos días se viven e esta ciudad, las canchas de futsal fueron testigos de un partido vibrante entre Putumayo y Caquetá, donde la pasión por el deporte escolar se mezcló con la energía de las familias que alentaban desde las graderías.
En el equipo putumayense estuvo Rosa Norella Velasco Pinchao, una deportista de 14 años que dejó hasta el último esfuerzo en la cancha para representar a su departamento y a la Institución Educativa Sucre, de Colón. Su historia con el futsal comenzó a los 7 años y hoy, tras varios intentos, logró llegar junto a sus compañeras a esta fase regional.
"Con esfuerzo y mucha dedicación logramos venir a unas competencias regionales. Con trabajo en equipo, junto con mis compañeras y entrenadores, lo logramos", expresó Rosa, con la madurez de quien entiende que detrás de cada logro hay disciplina y sacrificio.
Aunque reconoce que los resultados deportivos no han sido los esperados, resalta el compromiso de su equipo: "Me he sentido bien, aunque no se hayan presentado los resultados que queríamos en los partidos que hemos jugado. Pero no importa, mi equipo y yo lo hemos dado todo y lo seguiremos haciendo para poder ganar".
Más allá de los goles y las estrategias, Rosa valora lo que representan los Juegos Intercolegiados en la vida de los jóvenes: "Estos espacios deportivos no solo fomentan y mejoran nuestro rendimiento, sino que también ayudan a alejarnos de los malos hábitos como el exceso de celular, el alcohol o fumar. El deporte se podría decir que es un vicio, pero de los buenos. Estos espacios ayudan a ir por el camino del deporte y la vida sana".
Su pasión por el futsal va acompañada de un análisis del juego que denota conocimiento y experiencia: "Yo también practico fútbol, pero en el futsal las rotaciones y las marcaciones son más difíciles. El futsal es de mucho más movimiento y a veces marcar contrincantes se vuelve un reto más complicado".
El respaldo de su familia ha sido clave en este camino. Su madre la acompañó a Melgar para apoyarla en cada partido. ??Ella siempre me ha apoyado, aunque en un principio no quería que jugara este deporte. Hoy día me apoya al igual que mi papá y mi hermano??, cuenta con gratitud.
Con la mirada puesta en el futuro, Rosa no duda en soñar en grande: "Mi sueño es convertirme en profesional y jugar en grandes equipos". Un anhelo que, sumado a su disciplina, talento y pasión, la perfila como una de las jóvenes promesas del futsal en Putumayo.
Los Juegos Intercolegiados, más que una competencia, se consolidan como una plataforma para que deportistas como Rosa encuentren en el deporte un camino de vida, disciplina, retos y sueños cumplidos.
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