jueves, 08 de agosto de 2019
Una edición histórica
PRENSA MINDEPORTE
Bogotá (8 de agosto de 2019). En 1962, la decimosegunda edición de esta competencia, Roberto Pajarito Buitrago venció a Martín Emilio Cochise Rodríguez por ocho segundos.
Dos hombres, un mismo objetivo: el título de la Vuelta a Colombia de 1962. Era un tiempo memorable. En los que los ciclistas se vaciaban desde que comenzaba la carrera. No se guardaban nada. Era el pedalista contra el mundo y se batía como gladiador para lograr una victoria que se veía heroica, por las dificultades de las carreteras y por la fortaleza con la que atacaba. Las diferencias entre el primero y el segundo estaban marcadas por minutos. Y no por uno ni por dos, sino por cinco, diez o hasta quince. Pero ese año fue antológico porque se necesitó de ocho segundos para coronar al campeón de la Vuelta.
Fue una edición cerrada, que terminó definiéndose por una bonificación. Roberto Pajarito Buitrago y Martín Emilio Cochise Rodríguez tuvieron un cabeza a cabeza memorable. Ambos representaban más que una región. En esa época Cundinamarca y Antioquia estaban en medio de una rivalidad deportiva muy marcada. Ambos querían demostrar que eran lo mejor que tenía el país en ciclismo. Aunque casi siempre dominaron los paisas, Pajarito corrió mentalizado en cambiar esa historia.
A la penúltima etapa de la competencia, los ciclistas llegaron igualados en tiempo, se ubicaban por detrás de José Amado Suárez. Cochise se había impuesto en Manizales y gracias a la bonificación logró sumar los segundos necesarios para empatar los números del nacido en Guayatá, Boyacá -representaba a Cundinamarca debido a que desde los nueve años vivió en Bogotá-. La camiseta tricolor se iba a definir en 369 kilómetros. La primera batalla fue de Manizales a La Dorada, pasando por el agobiante Alto de Letras.
Una etapa extenuante, dura. El que primero mostró los dientes fue Buitrago. Aprovechó su condición de escalador para dejar frenados en el asfalto a José Amado Suárez y a Cochise. Atacóen la escalada a Letras. Su cuerpo delgado y la fortaleza en sus piernas lo hacían volar en la montaña. Ascendió con una sola idea: sacarle la mayor cantidad de tiempo a los antioqueños para volver a vestirse con la tricolor. Se escapó, pero junto a él subió el paisa Javier Suárez, quien se pegó a su rueda y antes de coronar el puerto de montaña, salió con la idea de descolgar a Buitrago en la bajada con tan mala fortuna que su humanidad terminó arrastrándose contra el pavimento.
Pajarito llegó con buena distancia a Mariquita. Pedaleó con intensidad, con berraquera, pero el calor hizo mella. En Honda fue cazado. El esfuerzo que había realizado fue terrible. En ese momento se preocupó, porque no se sentía con las fuerzas para terminar. Sentía que era cuestión de tiempo que Chochise lo alcanzara. Pero cuando las dudas invadían su cabeza y su andar se hacía lento, encontró en un pereirano la rueda para llegar a su destino: Rubén Darío Gómez se encargó de llevarlo y apoyarlo hasta el final. Tan bien estaba este risaraldense que se quedó con la victoria de etapa. Mientras que Pajarito fue tercero. En esa carrera el ganador se quedaba con una bonificación de 30 segundos, el segundo con una de 20 y el tercero con 10.
Tan solo quedaban los 194 kilómetros entre La Dorada y Bogotá. Una fracción que parecía perfecta para que Martín Emilio Rodríguez recuperara tiempo. "Esa noche no pude dormir, diez segundos no son nada", recuerda Buitrago con un brillo nostálgico en sus ojos. "Como a la una de la mañana me dije: bueno, si ha de ganar él que gane, si estoy de ganar yo, pues gano". Hasta que concilió el sueño. Todas las miradas estaban enfocadas en Pajarito y Cochise, porque José Amado Suárez había perdido varios minutos en La Dorada. Incluso, de la garganta de Carlos Arturo Rueda solo se escuchaba salir loas hacia los dos ciclistas.
La pregunta que estaba cogiendo fuerza era quién iba a atacar primero: el representante de Cundinamarca o el de Antioquia. Desde los primeros kilómetros la etapa fue intensa, hubo intentos de salida de Cochise pero Pajarito respondió bien. Ataques iban y venían. Pero el pulso entre ambos no se definía. En el Alto de La Tribuna seguían los intentos. Lo mismo ocurrió por la calle 13 y después por la 30, las vías que usaron para entrar a Bogotá. La afición hipnotizada, ovacionó la intención de ambos corredores. Miles de personas se agruparon en la entrada a la capital.
"Cuando ingresamos al estadio yo entré primero y había una curva forzada, muy difícil para pasar a alguien. El que la cogiera primero ganaba. Pasé, pero ahí mismo me superó Cochise", afirma con la misma angustia que vivió. Pero fueron segundos nada más. Ya había ganado el español Candelas Domínguez y la bonificación se había repartido. Buitrago se enfocó en seguirle la rueda, pero el antioqueño en un intento desesperado logró soltarlo. Le sacó dos segundos. Una exhalación. "Gané esa Vuelta por ocho segundos".
Desde aquellos años, en los que la tecnología aún era una ilusión y muchos deportes se practicaban a nivel amateur, la disciplina, entrega y coraje de los deportistas colombianos vislumbraban. Fue el primer escalón que se subió en un camino que después ha estado lleno de alegrías. Una muestra más de que Colombia fue, es y será una Tierra de Atletas.
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