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Montería, noviembre 5 de 2025. Hay muchas historias que comienzan con un balón de fútbol y terminan con uno de baloncesto. La de Mezharith Beleño es una de ellas. En las canchas de Táchira aprendió a soñar con goles, pero fue entre tableros y cestas donde descubrió su verdadero lugar. El baloncesto le cambió la vida, le enseñó a levantarse, a creer y a transformar cada obstáculo en impulso.

Mezharith Beleño, del fútbol a

Hoy, con 17 años, levantó una medalla de oro memorable en los Juegos Escolares Centroamericanos y del Caribe, la primera que logra representando a Venezuela. ??Es un honor dejar en alto el nombre de mi país??, dice con determinación, esa misma que la llevó a reinventarse y a confiar en que todo cambio puede traer nuevas oportunidades.

Porque antes de brillar en el baloncesto, soñaba con ser futbolista. Durante años jugó en su natal Táchira, incluso llegó a integrar los procesos de formación de la selección venezolana en categorías menores. Pero un día, mientras entrenaba, algo cambió: comenzaron a llevar balones de básquet a la cancha y su curiosidad la llevó a intentarlo. Lo que empezó como un juego se transformó en una pasión que hoy la impulsa a seguir creciendo.

"Como a mí me gusta estar siempre activa, empecé a jugar y me metí de lleno en el deporte y comencé este camino que ya me llevó a ser parte de la selección en el Sudamericano sub-17 que se llevó a cabo en Asunción, Paraguay", recuerda con una sonrisa tímida, pero llena de orgullo. Esa primera experiencia internacional marcó un antes y un después en su carrera, al terminar en la segunda posición, detrás de Argentina. "Fue algo maravilloso, el equipo siempre estuvo unido como una familia, y esa unión fue la clave para que lográramos clasificar a la AmeriCup", resalta.

Sin embargo, en los Juegos Escolares Centroamericanos y del Caribe, tuvo que enfrentar un nuevo desafío: fue la primera vez que compitió en la modalidad de baloncesto 3x3, una versión más rápida, intensa y estratégica del deporte que la había enamorado. "En el primer juego no me sentí con confianza, estaba ansiosa y nerviosa, pero mis compañeras estuvieron hablándome, apoyándome, recordándome que era buena, que me soltara, porque esto no era nuevo para mí", cuenta.

El respaldo del grupo y su espíritu competitivo la llevaron a soltarse, a disfrutar, y finalmente a celebrar junto a sus compañeras el título. Venezuela se coronó campeona tras vencer a Nicaragua 14-11 en la final, demostrando el talento y la fortaleza de una generación que comienza a escribir su propia historia.

"El deporte es todo para mí, porque me levanta en los momentos difíciles. El baloncesto se ha convertido en algo muy especial en mi vida, me ha sacado de todos mis problemas. Si pasa algo, voy a la cancha; si hay un problema, voy a la cancha. Ahí me desestreso y me olvido de todo", confiesa.

Su historia es la de una joven que cambió de rumbo, que apostó por un nuevo sueño y encontró en el deporte una forma de salir adelante. Mezharith Beleño representa a una generación de jóvenes que, con esfuerzo y pasión, demuestran que los sueños pueden transformarse y volver a brillar desde un lugar distinto.