miércoles, 17 de septiembre de 2025
En la regional centro oriente participan más de 900 jóvenes de cuatro departamentos: Boyacá, Bogotá, Santander y Norte de Santander, en deportes como fútbol, fútbol de salón, baloncesto y voleibol.
Jesús Miguel de la Hoz, Prensa Mindeporte
Bogotá, 17 de septiembre de 2025. Los Juegos Intercolegiados se han establecido como uno de los programas deportivos más importantes del país, no solo por su impacto en la formación competitiva de miles de jóvenes, sino también por los valores que promueve fuera de los escenarios. Este certamen nacional es un espacio donde los estudiantes no solo corren, nadan o patean un balón, sino que también aprenden a compartir, a convivir y a trabajar juntos por un objetivo común.
En cada edición, se reúnen estudiantes de distintas regiones, con historias, acentos y realidades diferentes, pero unidos por una misma pasión: el deporte. En este ambiente, la experiencia trasciende lo puramente competitivo para convertirse en una escuela de vida.
Así lo relata Juan Pablo Quintero, jugador de la selección de Bogotá, en esta edición. "Los Juegos Intercolegiados fortalecen el compañerismo, solo en la concentración en el hotel nos lleva a ser más cercanos, lo que por consiguiente nos sirve para apoyarnos dentro y fuera de la cancha, a que nos unamos, nos conozcamos más y trabajemos por un mismo objetivo", dice.
Para el entrenador de Bogotá, Fabián Tobacía, esta experiencia va más allá del rendimiento deportivo. "Los juegos ayudan no solo para fortalecer la parte competitiva, sino la experiencia que están viviendo los jóvenes. Estando en una concentración hace que se promuevan valores como el trabajo en equipo, la convivencia, el apoyo mutuo y el establecimiento de las metas que puedan llegar a tener en cada una de sus vidas", destaca.
Su testimonio resalta cómo el certamen contribuye a la construcción de proyectos personales, enseñando a los jóvenes que los valores aprendidos en el deporte son herramientas útiles para enfrentar los retos futuros. La disciplina, la constancia, el respeto por el otro y la capacidad de trabajar en conjunto son aprendizajes que se trasladan al ámbito académico, familiar y social.
Además, los Juegos Intercolegiados representan una plataforma de sueños. Muchos de los grandes atletas que hoy representan a Colombia en escenarios internacionales tuvieron sus primeras experiencias en este programa. Sin embargo, más allá de los futuros campeones, lo que queda en cada participante es la certeza de haber compartido un espacio que les permitió crecer y aprender junto a sus compañeros de colegio.
De esta manera, el Ministerio del Deporte continúa consolidando los Juegos Intercolegiados como un legado para el país, reafirmando que el verdadero triunfo está en los valores que se siembran en cada joven deportista. Porque en la cancha, en los hoteles, en los pasillos y en cada conversación, se construye un mensaje poderoso: el deporte nos une y el compañerismo nos fortalece.
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