
Foto: En Uribia, Guajira, un municipio de arena, etnias y esperanza, crecen los sueños de Xabi Mejía y Greilys Orellano
Xabi y Greilys, compiten sobre
jueves, 21 de agosto de 2025
José García - Prensa Mindeporte
Bogotá, 21 de agosto de 2025. En La Guajira, donde el sol no descansa y la tierra se funde con el viento, un sonido distinto al de las dunas recorre las calles. Son unos patines que cortan el aire como si quisieran volar. En Uribia, Guajira, un municipio de arena, etnias y esperanza, crecen los sueños de Xabi Mejía y Greilys Orellano, dos deportistas que corren más rápido que el olvido y que participan en los Juegos Intercolegiados 2025.
Xabi tiene 11 años. Habla con voz suave, casi como si las palabras se deslizaran tímidas. Cuando sonríe, la alegría se asoma sin pedir permiso. "Cuando estoy patinando me siento muy alegre, me gusta entrenar y competir. Lo que más me emociona son las carreras", expresó. Su participación en la fase municipal de estos juegos fue el primer escalón hacia los departamentales. "Cuando clasifiqué, me sentí muy feliz y emocionado", dijo, recordando ese momento con entusiasmo.
Vive con su mamá, su papá, su abuela y un hermanito que está por nacer. En su hogar, el deporte es un motivo para soñar en familia. Su meta es convertirse en profesional, representar a Colombia y viajar por el mundo con sus patines.
Junto a él, brilla la historia de Greilys Orellano González, de 14 años, quien ve en el deporte un espejo para medirse y superarse. "El patinaje es mi deporte favorito. Me reta", afirmó. Entre sus recuerdos más valiosos está una competencia en Albania, en La Guajira. "No creía que pudiese ganar y lo logré", relató feliz.
Agradece a su familia, a su entrenador y a su profesor de educación física, que también es su director de grupo, por impulsarla a creer en su talento. Como Xabi, ella también clasificó a los departamentales de los Juegos Intercolegiados. "Cuando gané, me sentí muy orgullosa. Lloré. Le conté a mi mamá y lloré. Me sentía muy alegre", relató.
Greilys invita a otros niños a practicar deporte, convencida de que competir no solo forma atletas, sino también personas.
Ambos entrenan con el apoyo de Lehnner Pisciotti, profesor de educación física en la Institución Educativa Julia Sierra Iguarán, quien ha sido guía para numerosos jóvenes en Uribia. "El reto no es fácil. Pero cuando ellos quieren avanzar, hacemos lo posible para que no desistan. Los acompaño, los motivo a que compitan, a que avancen en sus metas, los animo a soñar más alto", afirmó.
En La Guajira, donde la tierra a veces es dura con sus hijos, los Juegos Intercolegiados representan más que una competencia. Son una ventana abierta al futuro, a las oportunidades deportivas y a los sueños. Para Xabi, para Greilys y para muchos otros, estos juegos son una promesa: que los sueños también pueden rodar con fuerza, incluso bajo un sol imponente que se adueña del desierto.
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