Colombia es pasión, alegría, resiliencia, dedicación. Valores que sobresalen en cada esquina del territorio nacional, en cada palpitar, en su gente y son los que han abierto las puertas de un país a un sinfín de eventos multideportivos, que son el trampolín para mostrarle cara amable al mundo, para que se conozca su biodiversidad, su cultura y esa amabilidad que se encuentra hasta en los rincones más recónditos.
El último certamen multideportivo de nivel internacional que albergó Colombia fueron los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Tres años han pasado desde que se bajó el telón de un evento que no solo mostraba el crecimiento que estaba teniendo el país, en materia deportiva, sino que mostraba esa transformación urbana de Barranquilla, porque el deporte trae consigo desarrollo y esta ciudad fue el fiel ejemplo de ello.
Escenarios de atletismo, natación, béisbol, tenis, baloncesto y fútbol, todos de primera categoría, fue uno de los legados de estos juegos, que tuvo la presencia de 37 delegaciones y todas se fueron con una sonrisa en la cara por la buena acogida que tuvieron. Fue una de las razones por las que Panam Sports decidió elegir a esta ciudad como sede de los Juegos Panamericanos de 2027, los cuales serán los segundos que se realicen en el país, después de los de Cali, en 1971.
Este es el fiel reflejo de la experiencia que ha ganado Colombia como sede de grandes eventos. Una historia que se remonta a 1938, cuando Bogotá fue elegida para organizar los primeros Juegos Bolivarianos, que fue una de las razones por la que se erigió el estadio Nemesio Camacho El Campín, que se inauguró el 15 de agosto de ese año y fue uno de los epicentros de este certamen en el que participaron seis delegaciones y 738 atletas.
Barranquilla es una ciudad que desde siempre ha puesto el pecho para albergar grandes justas internacionales. En 1942 iba a organizar los Juegos Centroamericanos y del Caribe, pero por la II Guerra Mundial, el evento se pasó para 1946. En esa ocasión, la capital atlanticense pasó a la historia por convertirse en la primera ciudad no capital en ser nombrada para ser la sede de unas justas de esta envergadura. Aunque antes de la inauguración hubo algunos inconvenientes, estuvo lista para recibir a 13 delegaciones y a más de 1.500 atletas.
Ese fue el abrebocas para que la costa norte colombiana se convirtiera en epicentro de eventos multideportivos: porque en 1961, después de 10 años de pausa de los Juegos Bolivarianos, Barranquilla, nuevamente, apareció como esa ciudad salvadora para que estas justas se volvieran a realizar. La capital del Atlántico fue la primera de Colombia en albergar dos eventos multideportivos. Asistieron cinco delegaciones y más de 600 atletas.
Con la experiencia de haber organizado tres eventos multideportivos de talla internacional, en 1964 de la mente de Alberto Herrera Galindo, un dirigente que puso las bases para potenciar al Valle del Cauca en materia de deporte salió la idea de postular a Cali como el organizador de los VI Juegos Panamericanos. Una utopía que fue cogiendo forma hasta que el 22 de julio de 1967, el Congreso de la Organización Deportiva Panamericana reunido en Winnipeg, Canadá, se eligió a Cali como sede.
Era la primera experiencia de Cali como sede de un evento multideportivo, pero fue el primer paso para la creación de Coldeportes, hoy Ministerio del Deporte, con el fin de acompañar la organización y apoyar al deporte colombiano. Todo el país rodeó a Cali y lo ayudó a albergar las justas panamericanas, a la que asistieron 2.996 deportistas de 31 delegaciones. Por Colombia participaron 280 deportistas y fue una presentación inolvidable en la que sumaron un total de 28 medallas: cinco de oro, nueve de plata y 14 de bronce.
Con ese triunfo deportivo para Colombia, Medellín también aprovechó la oportunidad para aparecer en el panorama deportivo nacional: recibió a 21 delegaciones, que gozaron en la ciudad de la eterna primavera con los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Más de 2.000 atletas demostraron su talento deportivo, su entrega y dedicación para dejar el nombre de sus países en lo más alto.
Sin embargo, hubo una pausa larga, de décadas, que se extendió hasta 2006, cuando Cartagena apareció como la ciudad sede del evento más importante de Centro América y el Caribe. La heroica no solo recibió a 32 delegaciones y más de 4.000 atletas que hicieron vibrar a toda Colombia sino que además le sirvió a la capital de Bolívar para fortalecerse en infraestructura deportiva.
Los Juegos Suramericanos eran las únicas justas que no se habían realizado en el país. Era la única deuda, que se saldó en 2010, cuando Medellín fue la elegida para acoger a 15 países y más de 3.000 atletas. Fue la primera y única vez que los juegos multideportivos más importantes del continente, se realizaron en una ciudad colombiana.
Pasaron 56 años para que unos Juegos Bolivarianos volvieran al país. Santa Marta, en 2017, se encargó de organizar un evento que se llevó a cabo entre el 11 y 25 de noviembre y recibió a 11 delegaciones y más de 4.000 atletas. Fue la oportunidad precisa para que la capital del Magdalena reforzara su infraestructura deportiva, entre la que se destaca el lanzamiento del estadio Sierra Nevada, que tomó la posta del Eduardo Santos.
Al año siguiente, Barranquilla fue la elegida como sede de los Centroamericanos y del Caribe. Y ahora el turno es, nuevamente, para Cali. Que desde este 25 de noviembre abre sus puertas para albergar los primeros Juegos Panamericanos junior, un evento en el que nace el talento y reúne a lo mejor del talento Colombia y todos los prospectos juveniles de la región para que demuestren el potencial de cada uno de los 41 países que estarán en la sultana del Valle.
Nuevamente, Colombia aparece para seguir demostrando que está preparada para recibir grandes eventos multideportivos, la calidad de la organización y, sobre todo, hacer sentir como en casa a sus visitantes.
